lunes, 22 de junio de 2009

EL ABC DEL RUGBY.

EL ABC DEL RUGBY
Autor: Eliseo Pérez
Adaptación: Juan A. Arenas
Fuente: U.A.R.
Quien como entrenador, no le pidió a sus jugadores, que hicieran “el ABC...”.
Seguramente en uno de esos días en que nada parecía salir bien, cuando todo
se complicaba, invocamos, y hasta suplicamos, para que se “redujeran” las
acciones a ese ABC.
Gracias a Dios, a ninguno de nuestros jugadores se le ocurrió interrogarnos, de
que se trataba.
Deberíamos definirlo, no sólo para prevenirnos por si algún atrevido osara
preguntarnos sobre el mismo, sino porque suena como el fundamento de algo...
ese algo que tanto nos apasiona.
Equipo, unidades y jugadores, constituyen la estructura. Esa estructura es la que
ejecuta el ABC.
Hagamos un juego nemotécnico.
Démosle al equipo la “A”, de Actitud y Aptitud.
Condiciones básicas, que seguramente todos pretendemos. La actitud es el
querer y la aptitud es el poder. Si le viene a la memoria el decir popular que
reza “querer es poder”, desestímelo inmediatamente; no es aplicable a nuestro
Rugby.
Convengamos que “querer” es querer... que no es poco. Quien quiere tiene una
parte del camino andado.
El que QUIERE y PUEDE es CAPAZ
El que QUIERE y NO PUEDE debe CAPACITARSE
El que PUEDE y NO QUIERE debe RECAPACITAR.
La distancia entre el querer y el poder se acorta a través del trabajo. El
entrenamiento templa y capacita, trabaja sobre el corazón, la cabeza y el físico.
¿Por que la actitud y la aptitud como condiciones de equipo? Simple, porque la
cadena se rompe por el eslabón más débil. La actitud y aptitud de un equipo no
es la resultante de sumar la de sus integrantes, ni siquiera su media. La actitud
y aptitud de un equipo la marca el más débil de sus jugadores. El mejor del
mundo no cambia el destino de un equipo. Un equipo con fisuras en lo actitudnal
o en su capacidad es vulnerable y su suerte depende del tiempo que tarden los
rivales en descubrirlo.
Démosle a las unidades o mini-unidades la “B” de Base de formación y Buen
balón.
Entendemos por Base de formación, la plataforma de una melé(scrum), de un lateral(line),
la alineación en una salida, en la formación de los tres cuartos, etc., es decir, en
las estructuras que hacen al lanzamiento del juego.
Pero también incluimos las estructuras que hacen al movimiento del juego. Las
plataformas de maul y ruck, el “rombo” formado por el portador y sus apoyos
externo, interno y axial, la célula defensiva sobre el punto de contacto. Los
generadores, penetradores y señuelos, los tres de atrás, la organización
defensiva, etc.
Definimos entonces, la Base de formación, como la estructura básica, estática
o dinámica, necesaria para atacar con o por el balón. Incluye lo que
comúnmente llamamos colocación, re-colocación y papeles funcionales.
Si su Base de formación es buena le resultará sencillo jugar Buenos balones,
tanto en la obtención como en la utilización y la recuperación. El Buen balón es
aquel que logra eficacia; el que se dispone rápidamente sobre el empuje de una
formación, dando más y mejores opciones; el que logra “meterse” dentro del
contrario con el debido apoyo, desestabilizándolo; el que mantiene “en juego” a
más jugadores propios que contrarios, significando una clara ventaja; el que se
le “roba” al contrario en una formación o en el juego general, porque le quita
iniciativa y posibilidades.
Démosle a nuestros jugadores la “C” de Confianza y Concentración.
La Confianza es lo que potencia al jugador. Un jugador que confía en sus
posibilidades es positivo. Claro que para generar esa confianza habrá entrenado
a conciencia, trabajado en el gimnasio y llevado una vida de deportista; pero
también el entrenador le habrá hecho saber que puede (empatía). Obviamente,
los excesos son malos y esto le cabe a la confianza. El jugador confiado en su
justa medida es aquel que se mantiene concentrado en el partido, siendo capaz
de relajarse en los momentos de balón muerto.
Como todo el ABC, la concentración es una variable que se entrena. El buen
entrenamiento la desarrolla.
La mirada en el balón es un buen comienzo. Generalmente el balón es la señal
de todo. Quien reconoce la señal a tiempo, se mueve primero, se anticipa, llega
antes, toma la iniciativa... y eso es una ventaja enorme.
En este punto, amigo entrenador, se dará cuenta de todo lo que tiene para
entrenar, en pos que su equipo haga el ABC, lo básico, lo más sencillo. Por
cierto, mostrar fácil lo difícil, sencillo lo complicado, es un buen método. Ir de lo
global a lo particular, es el camino. Trabajar eficazmente es la receta
Pero hay algo más.
Falta Ud., que como yo, como los jugadores, los otros entrenadores, árbitros,
dirigentes, somos “Gente de Rugby”.
Démosle a la Gente de Rugby la “D” de Disciplina y Determinación.
Entendemos por Disciplina aquella alegre buena voluntad que ponemos para
aportar lo mejor para lo mejor. Es muy pobre pensar que disciplina es solo
orden y respeto... es eso y mucho más. Es entender que si vale la pena hacer
algo, vale la pena hacerlo bien.
La disciplina como “alegre buena voluntad” está emparentada con la
pertenencia. Cuando uno ha generado sentido de pertenencia está en
condiciones de aportar: Cuando se siente satisfacción por aportar, se genera un
orgullo, un orgullo bien entendido, el orgullo de pertenecer. Una división, un club,
una Federación... un equipo con orgullo podrá sufrir desgracias o la peor de las
derrotas, pero siempre será un equipo.
Esa disciplina es el desinterés que debemos tener o, mejor dicho, el interés que
debemos tener en que el bien general esté muy por encima de cualquier
circunstancia personal.
Y en esto no hay lugar para excusas. Las miopías son perjudiciales. La visión
que tengamos de nuestra pertenencia es determinante, y nuestra obligación,
nuestra misión, es aportar al engrandecimiento del ámbito al que pertenecemos.
El entrenador de una división la de hacer grande su Club, los dirigentes del Club
hacer grande su Unión, los de la Federación hacer grande el Rugby Nacional.
Y para ello es necesario la Determinación. El querer ser mejor. No solo
procurándonos el conocimiento necesario, sino acatando las Reglas y
despojándonos de egoísmos.
Lamento, amigo entrenador, que, si nos hemos puesto de acuerdo, a esta altura
de su carrera se haya desayunado que al tan mentado ABC le faltaba una
letra. Pero por otro lado, coincidiremos que es importante estar prevenido para
dar respuesta.
ELISEO PEREZ.
ARTICULO APORTADO POR ALCIDES BORELLI.

3 comentarios:

Nando dijo...

Muy bueno tambien tu blog, seguramte te "robe" algún artículo (obvio que cito de donde lo obtuve). Abrazo y suerte!

rodrigocarp dijo...

cada dia me sorprenden mas con los articulos k desarrolan aki buenisimos!!

NoTe dijo...

Primera vez que paso. Muy bueno este espacio. Saludos!